
La revolución del crossover tiene tres letras: C-HR
Tecnología, diseño y dinamismo para comerse el mundo
Cool-Hybrid-Revolution. Toyota ha elegido con sumo cuidado las tres iniciales que definen a su nuevo crossover. C de Cool, porque su estética es elegante y rompedora al mismo tiempo. H de Hybrid, pues incorpora la mecánica híbrida más avanzada del mercado. Y R de Revolution, ya que nunca antes un vehículo de estas características fue tan divertido de conducir.
No es fácil, a estas alturas, crear un modelo que aporte frescura a una gama tan completa como la de Toyota. Pero la marca ha dado con la tecla diseñando un crossover cuyas líneas seducen a primera vista, con un interior lleno de sorpresas. El secreto de su éxito se resume en tres letras: C-HR.
C de Cool
El nuevo Toyota C-HR es cool por naturaleza. El reto que se marcaron sus diseñadores era transmitir personalidad, dinamismo y elegancia. El resultado es una imagen poderosa y ágil, capaz de dejar boquiabierto a más de uno. La innovadora forma de los juegos ópticos, la amplitud de los pasos de rueda o los pliegues simulando las aristas de un diamante son argumentos de peso. Tampoco pasa desapercibido el contraste entre la mitad inferior del coche –musculosa, sólida, de crossover-, y la mitad superior – estilizada, dinámica, de coupé.
También el habitáculo encaja en la definición de cool, y se debe a la percepción de calidad de los materiales, tanto a la vista como al tacto. Ciertos detalles han sido cuidados para seducir a los sentidos, como por ejemplo la consola central que, con su pantalla táctil de 8 pulgadas, está orientada al conductor. Pero además de vista y tacto, otro sentido percibe el rotundo estilo de C-HR: el oído se rinde al sistema de sonido JBL con nueve altavoces de alta definición que incorpora el C-HR, un alarde de calidad y nitidez propio de automóviles premium.
H de Hybrid
La estética está bien, pero cuando elegimos un vehículo no solo nos fijamos en ella. En el caso del Toyota C-HR, es una garantía saber que bajo el capó se esconde la tecnología híbrida más avanzada: la ya cuarta generación de un sistema híbrido que gana eficiencia y reduce consumos en cada puesta a punto.
El C-HR es la prueba definitiva de que, más allá de la eficiencia, un Toyota híbrido ofrece una experiencia única, un placer de conducción sorprende. En una palabra: potencia. La configuración del sistema híbrido entrega potencia con una suavidad sin igual, y el conductor apenas nota el paso de motor de combustión de combustión a eléctrico. Como “animal” de ciudad, responde al instante en situaciones urbanas como una salida de semáforo o una incorporación en una rotonda: entrega una potencia casi instantánea al pisar el acelerador para fluir por la ciudad.
R de Revolution
Los datos del nuevo C-HR son notables, su aspecto exterior puede calificarse de rompedor, pero para ser un ‘revolucionario’ tiene que sorprender también en su comportamiento. Y es que puede que sea uno de los vehículos híbridos más especiales y placenteros de conducir. Hay varias claves para que eso sea así. La primera ya la hemos mencionado, una mecánica híbrida impecable que entrega 90 kW, asociados a una transmisión inteligente.
La segunda, el chasis, concebido desde la plataforma de arquitectura global TNGA. Esta nueva forma de diseñar y producir vehículos ha permitido dos mejoras que los conductores de C-HR van a notar desde el primer momento. Por un lado, la posición de conducción se ha elevado haciéndola más SUV, de forma que el conductor gana visibilidad, sensación de seguridad y comodidad al acceder al coche. Por otro lado, se ha bajado intencionadamente el centro de gravedad para ganar agilidad. Gracias a ambas cosas, el Toyota C-HR es un SUV con una dinámica de conducción de turismo: toda una revolución.
De esta forma, el nuevo C-HR responde de forma muy intuitiva en curvas y maniobras, minimizando el balanceo y reportando una sensación de conducción más propia de un turismo compacto. Se trata de un antes y un después en la gama de Toyota, e inaugura una nueva ‘raza’ de modelos dominados por una imagen provocadora y una tecnología revolucionaria que ya está cambiando el mundo.